viernes, 27 de febrero de 2015
martes, 24 de febrero de 2015
Páginas web que pueden consultar para la realización del Trabajo Practico
Páginas web que pueden consultar para la realización del Trabajo Practico
Tutoriales:
Tutorial CmapTools: http://www.eduteka.org/Objetos/UsoCmapTools/player.html
http://escritorioalumnos.educ.ar/datos/cmap.html
Tutorial Google
Docs: https://www.youtube.com/watch?v=hvy1bA1mDAc
Tutorial para la
confección de Wiki:
Imágenes:
Historia del Arte: http://estudi-arte.blogspot.com.ar/2009/05/el-arte-barroco-concepto.html
Gravados de la
época: http://www.odisea2008.com/2012/08/grabados-satiricos-de-william-hogarth.html
http://redhistoria.com/la-enciclopedia-faro-del-conocimiento-de-la-ilustracion/#.VJAxoiuG_JA
Material bibliográfico ampliatorio:
Libro en pdf de Hobsbawm Eric, En torno a los orígenes de la revolución industrial: http://es.slideshare.net/MomentumHistoricus/eric-hobsbawm-en-torno-a-los-orgenes-de-la-revolucin-industrial
Economía: Las Ideas
y los Grandes Procesos Económicos. Rofman. Aronskind. Kulfas. Wainer: http://www.portalplanetasedna.com.ar/liberalismo.htm
Historia Mundial Contemporánea: http://www.educ.ar/dinamico/UnidadHtml__get__fc5ff741-7a09-11e1-8067-ed15e3c494af/historia1.pdf
Videos:
Canal encuentro: https://www.youtube.com/user/encuentro
Educar Portal: https://www.youtube.com/user/educarargentina
Consignas para el Trabajo Práctico Final Grupal:
Consignas para el Trabajo Práctico Final Grupal:
- Lean el Resumen
dado del Capítulo IV: EL
SISTEMA CLÁSICO de Eric Roll. HISTORIA DE LAS DOCTRINAS ECONÓMICAS y el Capítulo II: “La época de la
transición: de la sociedad feudal a la sociedad burguesa (XV- XVIII)”
(Pág. 71 a 104) de Susana Bianchi:
Armen
una narración relacionando los sucesos que menciona el autor Eric Roll y del Capítulo
II: “La época de la transición: de la sociedad feudal a la sociedad burguesa
(XV- XVIII)” (Pág. 71 a 104) de Susana
Bianchi: según los sucesos que le haya tocado plasmar a cada
grupo (sociales, políticos, económicos y tecnológicos). Dicha elaboración la cargaran en la Wiki, en la que cada
grupo, confeccionara una página en función de la caracterización que le haya tocado, recreándola con imágenes, vídeos, link a otros sitios de la web.
- Elaboren un ejemplo de trabajo actual, en un
esquema a través de la aplicación de Cmaps, donde plasme la división de
trabajo planteada por Adam Smith, y expliquen los beneficios y consecuencias para el trabajador.
Formato de Presentación:
- Deberán presentar en formato de Documento de Word Letra: Calibri. Tamaño: 11. Párrafo: justificado; sangría: Primera línea. Interlineado: sencillo
- Caratula: Nombre de la Institución escolar. Nombre de la materia. Nombre y apellido de la Profesora. Curso. Número de grupo. Nombre de los integrantes del grupo.
- Desarrollo de las consignas con su respectiva numeración.
- Dicho trabajo una vez finalizado deberá ser presentado en cada Wiki elaborado por grupo.
lunes, 23 de febrero de 2015
jueves, 19 de febrero de 2015
Susana Bianchi. HISTORIA SOCIAL DEL MUNDO OCCIDENTAL. Del Feudalismo a la Sociedad Contemporánea
CAPÍTULO
II: LA ÉPOCA DE LA TRANSICIÓN: DE LA SOCIEDAD FEUDAL A LA SOCIEDAD BURGUESA
(SIGLOS XV-XVIII)
Comprender el
tránsito, en Europa occidental, de la sociedad feudal (caracterizada por el
predominio del trabajo servil) a la sociedad burguesa, donde dominan las
relaciones de tipo capitalista (caracterizadas por la separación entre trabajo
y medios de producción y por la conformación de un mercado libre de trabajo
asalariado) implica el análisis de una serie de etapas, marcadas por profundas
transformaciones económicas y sociales.
1.
La
expansión del XVI
A partir de 1317
comenzaron a registrarse en Europa las primeras crisis cíclicas que sacudieron
las bases del sistema feudal. Malas cosechas (por problemas climáticos y
fundamentalmente por tierras desgastadas) se tradujeron en hambrunas y
epidemias. La mortandad fue acompañada por la huida de los campesinos que
abandonaban los campos. De este modo, en 1348, la peste negra cayó sobre una
población ya profundamente debilitada y creó verdaderos vacíos demográficos. El
problema principal fue la falta de mano de obra, de brazos que trabajasen la
tierra.
La crisis del siglo
XIV fue una crisis económica (llamada por algunos autores, como Eric Hobsbawm,
la crisis de la “agricultura feudal”), pero fundamentalmente fue una crisis
social: el debilitamiento de los vínculos de servidumbre puso en jaque las
bases del poder de los señores feudales.[1]
Los movimientos
campesinos (la jacquerie, en Francia
en 1358, y los levantamientos ingleses en 1381, entre otros menores) fueron
expresión de esta crisis. Pero también el ascenso de las burguesías urbanas con
la imposición de nuevas formas económicas y el predominio del dinero constituyo
otra amenaza para el poder de los señores feudales.
A pesar del fuerte
impacto que para las sociedades europeas significó la crisis del siglo XIV, sin
embargo, ésta trajo los gérmenes del posterior desarrollo: las transformaciones
de la producción agropecuaria y de las manufacturas, la aparición de nuevas
áreas comerciales y el desarrollo de los mercados locales. Incluso, el
debilitamiento del poder feudal implicó la consolidación de las monarquías que
se transformaron en importantes agentes económicos.
La
formación de los imperios coloniales
A fines del siglo
XV (tras un largo período de estancamiento) comenzaron a detectarse los
primeros síntomas de reactivación que dieron origen a un proceso de expansión económica
a lo largo del siglo XVI. El fenómeno más notable fue el proceso de expansión
hacia la periferia iniciado por España y Portugal que culminó con la creación
de dos inmensos imperios coloniales. La economía europea se transformaba en una
economía mundial.
Tanto España como
Portugal contaban (por distintas razones, fundamentalmente, la guerra contra
los musulmanes) con poderes monárquicos tempranamente consolidados. Eran además
poderes dispuestos a apoyar empresas de gran envergadura que ampliaran el
horizonte económico: búsqueda de nuevas rutas y áreas de influencia, control de
circuitos económicos cada vez más amplios. Los motivos pueden encontrarse tal
vez en la necesidad de encontrar una salida a la tensión social, a conflictivas
situaciones internas: en Castilla, por ejemplo, una nobleza de hidalgos empobrecidos
esperaba que la corona les abriera la posibilidad de conseguir las tierras que
no tenían. A esto se unían otros factores que posibilitaron las empresas: una
buena tradición marinera, desarrolladas técnicas de navegación (la carabela se conocía
desde 1440), un adecuado desarrollo en astronomía y cartografía, una favorable posición
geográfica sobre el océano Atlántico.
Esta expansión hacia
la periferia culmino, entre fines del siglo XV y las primeras décadas del siglo
XVI, de un modo notable: en 1488, Bartolomé Díaz llegaba al sur de Africa, al
Cabo de Buena Esperanza; en 1492, Colón a América; en 1498 Vasco de Gama a
Calcuta; entre 1519 y 1520 la expedición de Magallanes realizaba el primer
viaje de circunnavegación.
Tras una etapa de
exploración, comenzaron los asentamientos que dieron origen a dos imperios
coloniales que prácticamente se dividieron el mundo[2]. Metales
americanos, pimienta desde Oriente, esclavos desde África se transformaron en
el trípode que permitieron a la economía europea transformarse en una economía mundial.
Los dos imperios
tuvieron características diferentes. El portugués fue una extensa línea de
puntos en la costa (puertos, depósitos, factorías) destinada a controlar el
tráfico marítimo, el español, en cambio, se apoyó en la conquista de
territorios y poblaciones. Sin embargo, ambos compartieron una misma concepción
de la economía: se consideraba que la riqueza no se creaba, sino que se
acumulaba. Era una concepción estática de la riqueza que consideraba (como la
tierra) un bien inmóvil. Era aún una concepción medieval de la economía que se
expresaba en la necesidad de reservarse para sí todos los mercados y que
consideraba el monopolio como la garantía para una mayor acumulación.
Las transformaciones del mundo rural. Agricultura comercial
y refeudalización
También en Europa
comenzaron a detectarse los síntomas de reanimación: aumento demográfico,
desarrollo de la agricultura y de la producción manufacturera. Como señala
Peter Kriedte, el primer indicio lo constituyó el crecimiento de la población.[3]
Ya a partir de
mediados del siglo XV comenzaron a aflojarse los controles. Si durante la
crisis, una de las formas de mantener una adecuada proporción entre la población
y alimentos había sido mantener la edad de los casamientos y favorecer el
celibato, estos mecanismos comenzaron a aligerarse: decrecía la edad de los
matrimonios (lo que era signo de tierras disponibles, de que las nuevas
familias podían tener una fuente de ingresos) y esto se traducía en un aumento
de la tasa de natalidad. Hacia el siglo XVI, la población europea había
alcanzado nuevamente los niveles anteriores
a la crisis del siglo XIV; sin embargo, había cambios: el mayor
crecimiento de la población se concentraba en las regiones del oeste y norte de
Europa, en detrimento de las regiones del Mediterráneo. Es un dato que el eje económico
europeo estaba comenzando a cambiar.
El crecimiento demográfico
exigía una mayor producción de alimentos, fundamentalmente cereales. Como consecuencia,
otra vez se roturaron tierras que habían sido abandonadas y se expandió la
superficie cultivada. Pero los cambios también se registraron en las formas que
asumía la organización de producción. Como señala Kriedte, la organización de
la producción comenzó a desarrollarse en formas divergentes en Europa
occidental y en Europa oriental. Los polos más extremos fueron, por un lado,
Inglaterra, donde se desarrolló una agricultura comercial con incipientes
relaciones capitalistas; por otro, Polonia y el oriente de los territorios
alemanes en donde la expansión agrícola se realizó sobre el reforzamiento de la
servidumbre feudal. En algunas regiones, la necesidad de expandir los campos de
cultivo entró en contradicción con las características que la producción
agropecuaria había adquirido tras la crisis del siglo XIV: los campos de
labranza que habían quedado vacios se habían convertido en tierras de pastoreo.
En Inglaterra, las tierras se transformaron en pasturas dedicadas a enormes
rebaños de ovejas cuya lana era el principal abastecimiento de las manufacturas
del continente. Como Tomás Moro denunciaba en Utopía, “las ovejas se comían a los hombres”. La necesidad de
conciliar la alimentación de los hombres con la alimentación de los animales
reforzó el sistema de explotación agropecuaria rotativa. Las tierras de labranza
eran transformadas periódicamente en praderas, para convertirlas después en
campos de labor. La roturación periódica y el estiércol mejoraron además la
calidad de la tierra.
Este sistema tuvo
un profundo impacto en el mundo rural: comenzó a transformar la antigua
estructura de la aldea campesina, con su antigua organización basada en campos abiertos
(open field) y trabajo comunitario.
En efecto, la
rotación agropecuaria, es decir la combinación de agricultura y pastoreo, era
solo posible en campos aislados o cercados. Era necesario entonces dar un nuevo
diseño a las tendencias: concentrar y unificar las pequeñas parcelas para
aumentar su eficiencia económica. Los promotores de los cercamientos fueron
principalmente los grandes terratenientes que podían exigir precios de
arrendamientos más altos en las tierras cercadas. A pesar de que en la nueva
redistribución de la tierra se debían respetar los derechos proporcionales
anteriores, para los campesinos la suerte fue dispar. Algunos pudieron
aprovechar la situación y transformarse en arrendatarios, incluso,
arrendatarios ricos. Pero para la mayor parte la única salida, ante la pérdida
de la tierra, fue transformarse en trabajadores asalariados. En síntesis, las
leyes del mercado comenzaban a modificar la sociedad agraria inglesa.
En la zona
centro-oriental de Europa, en particular en Polonia, también hubo una
importante expansión del cultivo de cereales, que se destinaban a la
exportación. Para ello, los cereales eran trasladados en balsa por el río
Vístula hasta Danzig, el principal puerto del Báltico. Los grandes señores eran
quienes impulsaban esta agricultura con destino al mercado: para aumentar la
producción y obtener el excedente exportable multiplicaron entonces los censos
e intensificaron las cargas serviles sobre los campesinos. Sin embargo, esto no
fue una simple vuelta al pasado. Este reforzamiento de la servidumbre se dio
dentro de un tipo de economía que se organizaba ya no en función del señorío
sino en función del mercado de exportación.
Entre ambos polos
(agricultura comercial y refeudalización) se registraba una gran variedad de
situaciones intermedias donde se combinaban viejos y nuevos elementos. En el
sur de Francia, por ejemplo, se difundió el sistema de aparcería, en donde el
terrateniente le entregaba tierras a un campesino, le adelantaba la semilla, el
costo de los útiles de labranza e incluso lo necesario para la manutención de
la familia a cambio de la mitad de la producción en bruto. Era un sistema donde
elementos nuevos como el arrendamiento se confundía con antiguos vínculos
sociales y que fácilmente (tal como en muchos casos ocurrió) podía deslizarse a
un tipo de relación feudal.
A pesar de la
existencia de situaciones diversas, la organización de la expansión agrícola en
dos polos divergentes fue la principal característica de la expansión del siglo
XVI. En sus contradicciones (como veremos más adelante), algunos autores
encuentran alguna de las claves de la “crisis” del siglo XVII.
Las
transformaciones de las manufacturas y el comercio. Capital mercantil y
producción manufacturera
La crisis del siglo
XIV había afectado menos a la economía manufacturera que a la agrícola. Se habían
visto trastocadas las industrias de lujo, organizada en rígidas corporaciones
dedicadas a elaborar (como los paños de Florencia) productos de alto precio y
calidad, dirigidos a un mercado restringido, pero no había perjudicado a la
industria domiciliaria rural, que se basaba en la capacidad para tejer de la
familia campesina.
Y este tipo de
industria domiciliaria habrá de sentar las bases de la expansión manufacturera
del siglo XVI.
Las manufactureras
fueron reactivadas por el aumento de una demanda que surgía del crecimiento de
la población y de los mercados que nacían con la expansión de ultramar. La principal
manufacturera continúo siendo (con excepción de algunos casos regionales) la
producción textil, que llena una necesidad humana básica después de la
alimentación. Sin duda el autoabastecimiento era aún muy alto en una sociedad
donde el mundo rural seguía siendo dominante, pero el aumento de la demanda y
la diversificación de la sociedad permitió el desarrollo de las new draperies, géneros relativamente
baratos hechos con lana cardada. Estos desarrollos permitieron además,
consolidar y colocar en un primer plano formas organizativas de la producción
que ya se ubicaban claramente fuera de las antiguas corporaciones medievales.
En efecto, en las
pequeñas ciudades y en el campo se enfatizó el sistema de trabajo a domicilio. Eran
pequeños productores que dependían de un comerciante que los abastecía de
materia prima, les otorgaba crédito y luego recogía el producto para
distribuirlo muchas veces en mercados muy distantes. En síntesis, era el
capital mercantil el que organizaba y dominaba la producción.
La expansión del
comercio fue otra de las características de este periodo. El mercado de
ultramar transformo, como ya señalamos, al mercado europeo en un mercado
mundial, en el cual holandeses e ingleses comenzaron a disputar a Portugal su
predominio en Oriente. Se trataba todavía de un comercio que mantenía características
tradicionales: especias y metales preciosos, es decir, productos de precio
alto, dirigidos a una demanda restringida. Sin embargo, en algunas regiones,
como el Báltico y en el Mar del Norte, el comercio comenzaba a adquirir características
modernas: ganado, cereales, textiles, es decir, productos de mayor volumen y
bajo precio, dirigidos a una demanda masiva. El intercambio también reflejaba
los cambios más profundos de la esfera económica.
La expansión del
siglo XVI se daba, sin embargo, dentro de marcos que aún eran predominantemente
rurales. La imposibilidad de romper con estos marcos llevó a este proceso
expansivo a encontrar sus propios límites. Como veremos, la “crisis” del siglo
XVII, al borrar estos obstáculos creó las condiciones para el advenimiento del
capitalismo.
2.
El
Estado absolutista y la sociedad
La formación del Estado Absolutista
La crisis del siglo XIV, al debilitar el poder feudal, favoreció no
sólo la consolidación territorial de los reinos, sino también el
fortalecimiento del poder de los reyes, poder que tendió cada vez más hacia el
modelo de la Monarquía absoluta[4].
Según este modelo, que se afianzo en los siglos XVI y XVII, el poder del
rey debía situarse en la cúspide de la sociedad, sin ninguna otra instancia a
la que pudiera apelar.
RESUMEN DE VÍDEO: CONOCIENDO AL CAPITAL. ADAM SMITH
RESUMEN DE VÍDEO: CONOCIENDO AL
CAPITAL.
ADAM SMITH
ADAM SMITH
“¿QUIÉN FUE ADAM SMITH?”
Estamos en los
albores de la Revolución Industrial, y la prosperidad que Smith descubre en
Glasgow despierta su atención que se concentrara en las prácticas mercantiles
de sus vecinos para tratar de explicar como buen filósofo que es, el nuevo
mundo que lo rodea.
Desde 1763 Adam
Smith recorre durante tres años Tuluz, Ginebra, Paris y Londres. Conoce a
Quesnay y a Turgot, los fisiócratas franceses, y a los iluministas Voltaire,
Diderot y Benjamín Franklin y sus ideas de libertad que inspiraran la
revolución francesa. El debido de este
espíritu de época que busca comprender los fenómenos de manera científica,
enfrentados al pensamiento religioso, escribe su segundo libro: “Una
investigación sobre la naturaleza y causas de las riquezas de las naciones” que
verá la luz en 1776 y será conocido como “la riqueza de las naciones”. Este
considerado el primer libro de economía moderna, y el primero en sistematizar
científicamente las bases del capitalismo.
“¿QUÉ OCURRÍA EN EL SIGLO XVI?”
En el Feudalismo, la
compra-venta no es habitual. La economía rural que es predominante, se basa en
feudos que producen la mayor parte de los bienes que necesitan y solo
esporádicamente se concurre al mercado, para intercambiar ciertos excesos de
producción o adquirir algún faltante. La sustitución del régimen feudal por el
sistema capitalista, no se produce de un día para el otro, sino q implica un
largo proceso q se extiende entre los siglos XVI (16) y XVIII (18). La
revolución industrial se inicia en Inglaterra recién hacia fines de este
periodo (Siglo XVIII).
A esta revolución
productiva, se suman los extraordinarios resultados y descubrimientos de la época
que muestran que los fenómenos pueden ser entendidos por la razón humana. Los
fundamentos divinos propios del Medioevo pierden crédito, se exigen
explicaciones científicas en todos los campos del saber.
Influenciada por
estas corrientes, las ciencias sociales buscan descubrir leyes objetivas que
rijan las relaciones sociales en todo tiempo y lugar. El capitalismo va
socavando progresivamente las bases de
la sociedad feudal, arrasando con costumbres afianzadas por siglos y con los
vínculos fundados en el control religioso.
“¿QUIÉNES PARTICIPAN
EN EL PROCESO PRODUCTIVO SEGÚN SMITH?”
Siglo XVI:
en ese entonces coexisten en Europa, distintas formas de producción. Por un
lado, los artesanos elaboran bienes en sus talleres. El ebanista, con sus
maquinas, sus herramientas y maderas fabrica todo tipo de bienes para que un
comerciante los venda en los mercados. En este caso, los medios de producción
siguen perteneciendo al trabajador.
El Mercader vende los muebles que fabrica el
artesano ebanista. Gracias a los avances en la navegación, los comerciantes
realizan viajes cada vez más largos a lugares remotos, lo que permite la venta
de productos de mayor cuantía, y por lo tanto el alza en las ventas y la
afiliación de los mercados. El mercader recibe pedidos de otros mercados, donde
se espera que se utilice una madera particular y que los muebles reciban un
orlado determinado con unas herramientas especiales que en Europa no se
utilizan. Como la adquisición de esa materia prima y de las herramientas,
escapan ya al bolsillo del artesano, es el mercader quien las compra y pone a
disposición del artesano ebanista.
Con el tiempo cada
artesano, va trabajando en forma exclusiva con un mercader, quien le compra
toda su producción y hasta le entrega todas las materias primas necesarias.
La forma de
producción distintiva de la época es la manufactura. El principal cambio está
relacionado con la manera que se organiza la producción en lugar de trabajar en
sus talleres, los artesanos se reúnen bajo el mismo techo, a las órdenes de un
nuevo actor, el “Capitalista Industrial”,
este es el dueño de las maquinas, las herramientas y de las materias
primas y le indica a cada uno de los trabajadores que actividad debe realizar.
La manufactura
transforma los roles de la sociedad conocida hasta entonces. El nuevo Capitalista
Industrial, ya no se encarga de la compra venta de mercancías, sino de su
producción. Es durante la fabricación que obtiene su ganancia, de hecho no va
al mercado, esto lo hace el Mercader que vive de comprarle lo más barato
posible al industrial y venderlo lo más caro que pueda al mercado.
“¿QUÉ PIENSA SMITH
SOBRE LA DIVISIÓN DEL TRABAJO?”
Para Smith la División
del Trabajo provoca un gran incremento en la riqueza y en la cantidad de
mercancías que produce la sociedad, esto se da principalmente por tres motivos:
1. La especialización aumenta la habilidad del trabajador
para hacer la actividad que le toca;
2. Existen menos tiempos muertos por pasar de una
actividad a la otra y,
3. Se crean herramientas novedosas o mejoras a las
existentes para concluir el trabajo más rápido o con menor fatiga.
A diferencia de los
fisiócratas, Smith considera más beneficiosa para la sociedad las actividades
industriales que el trabajo de la tierra. En la agricultura no se admite tantas
subdivisiones por las características propias de la tarea a lo largo del año,
una misma persona, tiene la oportunidad de arar, sembrar, cavar y recolectar.
Smith procura
demostrar que el capitalismo a pesar de parecer caótico y falto de
organización, está regido por un conjunto de leyes que garantizan el progreso
económico y social y brinda el marco ideal para el desarrollo de las libertades
individuales. El sistema tiene su lógica de funcionamiento, sus leyes
económicas eternas, inmutables y objetivas como aquellas que rigen los
movimientos de los cuerpos celestes.
Smith reconoce que
las consecuencias de la División del
Trabajo sobre el desarrollo intelectual y espiritual de los trabajadores
son desastrosos. Como ellos realizan pocas actividades sencillas, son tareas
muy monótonas, esto entorpece al trabajador y lo incapacita para realizar otras
actividades.
Smith admite
también, que los Capitalistas y Trabajadores, tienen intereses contrapuestos,
por lo que existe posibilidad de conflicto. El Trabajador quiere que su salario
sea lo más alto posible, mientras que el Capitalista quiere pagar lo mínimo.
Pero en esta negociación, trabajadores y capitalistas, no se encuentran en
igualdad de condiciones. Smith reconoce
el poder de acuerdo con lo que cuentan los capitalistas para mantener el
salario bajo y, noto que el derecho protege a la clase burguesa. Además el
hecho de no contar con las maquinas y herramientas para producir, coloca a los
trabajadores en una relación de dependencia con respecto al capitalista.
Recorte del Video “Conociendo
el Capital: Adam Smith”:
http://www.conectate.gob.ar/sitios/conectate/busqueda/buscar?rec_id=118515
[1] IMAGEN: Diderot y
D’Alembert. Enciclopedia francesa. Taller de Joyería. Entre 1751 y 1772.
Francia.
Eric Roll – HISTORIA DE LAS DOCTRINAS ECONÓMICAS CAPITULO IV: EL SISTEMA CLÁSICO
HISTORIA DE LAS DOCTRINAS ECONÓMICAS CAPITULO IV: EL SISTEMA CLÁSICOAutor: Eric Roll
(Retrato de Adam Smith)
1. LAS CARACTERÍSTICAS DEL CLASICISMO
El último cuarto del siglo XVIII está lleno de sucesos
que parecen pregonar la fundación de una nueva era en la organización económica
y política. En el campo de la producción, presenció el comienzo de la
Revolución Industrial, que iba a abrir enormes posibilidades de expansión al
reinado del capitalismo industrial, establecido recientemente. La sociedad de Mateo
Boulton y James Watt, fundada en 1775, realizó la unión del capitán de
industria y el científico, unión que puede considerarse como simbólica de una
nueva alianza. La Declaración de Independencia de los Estados Unidos acabó, un
año después, con la explotación de una de las regiones coloniales más
importantes y privó de uno de sus sostenes más poderosos al antiguo sistema
colonial, sobre el cual se había levantado gran parte del pensamiento
mercantilista. Aquel mismo año, se publicó una Investigación de la
naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, libro escrito por un
filósofo escocés convertido en economista Adam Smith y que estaba llamado a ser
la “fons et origo” (fuente de origen) de la economía para las
generaciones siguientes. Y, pocos años después, la Revolución Francesa selló el
destino de lo que aún quedaba de la sociedad medieval.
Ya hemos visto que el comienzo de esta nueva era puede
colocarse casi cien años antes. El capitalismo industrial es más antiguo que la
Revolución Industrial; la política mercantilista empieza a decaer poco antes de
fines del siglo XVIII, y, cuando menos en Inglaterra, el país capitalista más
adelantado, la estructura política había empezado a cambiar de acuerdo con las
ideas del liberalismo mucho antes de que la Revolución Francesa llevase su
estímulo a las fuerzas del liberalismo a todas partes. También la teoría
económica había adquirido un nuevo contenido y nuevos métodos mucho antes de
que Adam Smith apareciese en escena para hacerla consciente de su propio
carácter cambiante.
Puede justificarse, sin embargo, la opinión de que los
cincuenta años en torno del final del siglo marcan un cambio social profundo.
Formas nuevas de producción, de relaciones sociales, de gobierno y de
pensamiento social, que en su lucha contra las antiguas se habían desarrollado
de una manera lenta y muchas veces vacilante, avanzaban ahora triunfalmente, y,
debido a su espectacular progreso, las batallas anteriores fueron fácilmente
olvidadas. En el campo de las ideas, el reflejo de los cambios económicos y
políticos acusa una diferencia aún más notable que aquellos cambios mismos. El
pensamiento social toma conciencia de sí mismo y revela un conocimiento más
completo que hasta entonces de la naturaleza del orden social que se estaba
erigiendo ante sus ojos. Llegó a ser capaz de ver el conjunto de la estructura
de aquel orden y las completas interrelaciones de sus partes componentes. Las
disciplinas sociales individuales se integran en una amplia filosofía social, y
cada una de ellas se sistematiza. Se recogen fragmentos dispersos, se refinan y
se juntan para formar un cuerpo de doctrina que posea consistencia interna.
Este proceso se pone de manifiesto con claridad en el
campo del pensamiento económico. Lo que el siglo había producido hasta entonces
había sido confuso y accidental. Existieron anticipaciones brillantes, como la
defensa de la libertad de comercio hecha por North. Hubo también tratados que
desplegaban notable penetración en el proceso económico, como el Essai de
Cantillon[1] y
los Principles de Steuart[2].
La hazaña suprema de
Smith consistió en poner orden en el estado todavía caótico de la investigación
económica. A ese orden se le ha dado el nombre de sistema clásico. Las
diferentes escuelas de pensamiento existentes entre los economistas posteriores
han elegido ese nombre por razones diversas. Algunas veces el término
"clásico" se aplica a las doctrinas del sistema para denotar la
autoridad indiscutible y general que poseen. Otras veces se usa para dar
importancia especial a las consecuencias de esas doctrinas en el campo de la
política. Y otras veces aún, se llama clásico el sistema para distinguirlo de
las escuelas críticas (por ejemplo, la romántica) que se desarrollaron después
de él y que, para muchos economistas, representan cierta decadencia.
Si quisiéramos
resumir las características distintivas del análisis económico contenido en “la
Riqueza de las naciones”, tendríamos que destacar, ante todo, la penetración
que revela en el estudio del mecanismo económico de la sociedad moderna. Su
análisis deja al desnudo, con extremado rigor, los principios subyacentes en el
funcionamiento del sistema capitalista, así como el proceso histórico que lo
produjo. En segundo lugar, ese análisis se distingue también por haber sido el
primero en reconocer explícitamente que los fenómenos sociales, e incluso la
historia, obedecen a leyes propias que pueden ser descubiertas. Lo que da a la
obra de Smith su carácter científico, fue el conocimiento de una
Gesetzmässigkeit (legalidad, sujeción a leyes) interior tan compulsiva en la
economía capitalista individualista como lo habían sido en el feudalismo las
formas externas de reglamentación. Que hayan sido limitados, como han dicho
algunos críticos, en su análisis técnico y en sus opiniones sobre la validez de
las leyes particulares que descubrió, no amengua la grandeza de su obra. El
enseño a los economistas posteriores la necesidad de un principio unificado
para explicar los fenómenos económicos de suerte que cada uno de ellos se
relacione con los demás. Aprovechando los cimientos puestos por los
fisiócratas, trato de dar una idea completa del proceso económico, es verdad
que abstracta, pero que contenía la esencia de la realidad. Y aunque algunas
partes del cuadro tengan que ser pintadas de nuevo, el resto conserva su valor.
No es fácil
determinar los límites cronológicos del sistema clásico, siempre que tengamos
en cuenta el duro trabajo de los economistas ingleses de principios del siglo
XVIII y de los fisiócratas franceses, podemos hacer que su punto inicial
coincida con las obras de Adam Smith. Es más difícil señalar su terminación. En
realidad, algunos economistas pretenden que no ha terminado y que su tradición
está viva en la obra de los líderes de la economía contemporánea. Sin embargo,
esto parece ignorar por completo el cambio que tuvo lugar en el pensamiento
económico de Inglaterra, ciudadela del clasicismo, a partir de las dos primeras
décadas del siglo XIX. Es cierto que el intento de Malthus para destruir los
fundamentos del sistema ricardiano fracasó, y que los principios más
importantes de la economía política clásica siguen gozando de considerable
autoridad. Los que se popularizaron con facilidad, entraron rápidamente en la
conciencia pública. En Inglaterra, y en menor medida en otros países, las
circunstancias generales eran extremadamente favorables para recibir y
conservar muchas de las ideas clásicas, y su influencia sobre la política fue
muy grande durante algún tiempo.
La formulación del
sistema clásico fue en gran medida obra de dos hombres, que nos parece lo
mejor concentrarnos por completo en su obra; el
único escritor que, además de Smith y de Ricardo, tomaremos en cuenta, es Malthus,
mas sólo por la parte de su obra que entra dentro de la tradición clásica.
Puede parecer
extraño considerar a Smith y a Ricardo cofundadores de la escuela clásica.
Cuando Smith publicó su principal obra económica, Ricardo era un niño de cuatro
años. Hasta cuarenta y un años más tarde (veintisiete después de muerto Smith)
no publicó Ricardo su tratado. Además, mientras Smith empezó como filósofo,
Ricardo entró en el campo de la economía como negociante afortunado que después
se hizo político. Aunque la edición definitiva de las obras de Ricardo que
ahora está en vías de publicación cuenta nueve volúmenes, su obra principal es un
tomito comparada con el voluminoso tratado de Adam Smith. Nada podría ser más
diferente que sus planes, métodos y estilos; pero, no obstante todas esas
diferencias, los puntos en que están de acuerdo son tan fundamentales, que sus
nombres irán por siempre unidos en la historia del pensamiento económico.
Resumen realizado del Capítulo IV: EL SISTEMA CLÁSICO de Eric Roll. HISTORIA
DE LAS DOCTRINAS ECONÓMICAS. (Pág. 132 a 143).
[1] Richard Cantillon fue un economista nacido probablemente el año 1680 en
Irlanda y fallecido en 1734, autor del libro "Essai sur la Nature du
Commerce en Général" (Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general),
considerado por William Stanley Jevons como "la cuna de la Economía
política"
[2] Sir
James Steuart, 3er Baronet de Goodtrees. 21 de octubre 1713, Edimburgo - 26 de noviembre de 1780, Coltness,
(Lanarkshire ) fue un prominente jacobita y autor de "probablemente el
primer tratado sistemático escrito en Inglés acerca de la economía" y el
primer libro en Inglés con "economía política" en el título.
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